Ante las declaraciones realizadas por la concejala del grupo socialista Inmaculada Jiménez en diversos medios locales, desde la concejalía de Seguridad Ciudadana se considera imprescindible responder con claridad, firmeza y respeto a la verdad de los hechos
Ante las declaraciones realizadas por la concejala del grupo socialista Inmaculada Jiménez en diversos medios locales, desde la concejalía de Seguridad Ciudadana se considera imprescindible responder con claridad, firmeza y respeto a la verdad de los hechos. Acusar a la Policía Local de oscurantismo y afán recaudatorio no solo es faltar a la verdad: es una falta de respeto a la labor de un cuerpo que vela, día tras día, por la seguridad de todos los vecinos de Tomelloso. Resulta especialmente grave cuando se ignora —o se decide ignorar— que este nuevo sistema de control semafórico fue anunciado públicamente no una, sino dos veces, a través de sendas ruedas de prensa y notas informativas emitidas los días 11 de diciembre de 2023 y 9 de enero de 2024. Todo está documentado, todo está a disposición de quien quiera informarse con rigor y sin prejuicio. No hay nada oculto en algo que se comunicó a plena luz del día.
Respecto a la afirmación de que se está sancionando por pasar en ámbar, no podemos sino desmentirla de manera categórica. El sistema implantado no sanciona pasos con semáforo ámbar. No lo ha hecho, no lo hace, ni lo hará. Solo se sanciona —como indica expresamente la normativa de tráfico— cuando un vehículo cruza con el semáforo en rojo. Y no porque lo diga esta Jefatura, sino porque lo dice el Reglamento General de Circulación. El rojo no es una sugerencia: es una orden.
Nos duele que se frivolice con conceptos como “afán recaudatorio” cuando lo que está en juego es la vida. ¿Qué es mejor, una sanción o un accidente grave? Esa es la pregunta que no aparece en titulares. Y sin embargo, los datos son tercos: en 2024, los accidentes de tráfico en Tomelloso han aumentado un 44%. No hablamos de cifras, hablamos de personas, de familias, de hijos que no llegaron, de peatones sorprendidos por un conductor impaciente, de ciclistas que no tuvieron margen para esquivar la imprudencia.
Este sistema no es una trampa. Es una herramienta. Y su único objetivo es que la ciudad sea más segura. Preferimos que alguien se moleste por recibir una sanción que tener que notificar a una familia que su ser querido no volverá a casa. Quienes trabajamos en la calle lo sabemos bien. Sabemos lo que se ve cuando ya es tarde.
Por todo ello, apelamos a la responsabilidad. Especialmente a quienes han ostentado responsabilidades públicas, porque tienen la palabra fácil, sí, pero también la obligación moral de no sembrar dudas sobre algo tan serio como la seguridad vial. Un semáforo en rojo no se debate. Se respeta.
La Policía Local de Tomelloso actúa con arreglo a la ley, con transparencia, y con la conciencia tranquila. Lo seguiremos haciendo aunque incomode. Aunque se pretenda hacer ruido. Porque si hay algo que siempre ha guiado nuestra labor es una convicción sencilla y profunda: la ley no se negocia, y la vida, menos aún.
Ante las declaraciones realizadas por la concejala del grupo socialista Inmaculada Jiménez en diversos medios locales, desde la concejalía de Seguridad Ciudadana se considera imprescindible responder con claridad, firmeza y respeto a la verdad de los hechos
Ante las declaraciones realizadas por la concejala del grupo socialista Inmaculada Jiménez en diversos medios locales, desde la concejalía de Seguridad Ciudadana se considera imprescindible responder con claridad, firmeza y respeto a la verdad de los hechos. Acusar a la Policía Local de oscurantismo y afán recaudatorio no solo es faltar a la verdad: es una falta de respeto a la labor de un cuerpo que vela, día tras día, por la seguridad de todos los vecinos de Tomelloso. Resulta especialmente grave cuando se ignora —o se decide ignorar— que este nuevo sistema de control semafórico fue anunciado públicamente no una, sino dos veces, a través de sendas ruedas de prensa y notas informativas emitidas los días 11 de diciembre de 2023 y 9 de enero de 2024. Todo está documentado, todo está a disposición de quien quiera informarse con rigor y sin prejuicio. No hay nada oculto en algo que se comunicó a plena luz del día.
Respecto a la afirmación de que se está sancionando por pasar en ámbar, no podemos sino desmentirla de manera categórica. El sistema implantado no sanciona pasos con semáforo ámbar. No lo ha hecho, no lo hace, ni lo hará. Solo se sanciona —como indica expresamente la normativa de tráfico— cuando un vehículo cruza con el semáforo en rojo. Y no porque lo diga esta Jefatura, sino porque lo dice el Reglamento General de Circulación. El rojo no es una sugerencia: es una orden.
Nos duele que se frivolice con conceptos como “afán recaudatorio” cuando lo que está en juego es la vida. ¿Qué es mejor, una sanción o un accidente grave? Esa es la pregunta que no aparece en titulares. Y sin embargo, los datos son tercos: en 2024, los accidentes de tráfico en Tomelloso han aumentado un 44%. No hablamos de cifras, hablamos de personas, de familias, de hijos que no llegaron, de peatones sorprendidos por un conductor impaciente, de ciclistas que no tuvieron margen para esquivar la imprudencia.
Este sistema no es una trampa. Es una herramienta. Y su único objetivo es que la ciudad sea más segura. Preferimos que alguien se moleste por recibir una sanción que tener que notificar a una familia que su ser querido no volverá a casa. Quienes trabajamos en la calle lo sabemos bien. Sabemos lo que se ve cuando ya es tarde.
Por todo ello, apelamos a la responsabilidad. Especialmente a quienes han ostentado responsabilidades públicas, porque tienen la palabra fácil, sí, pero también la obligación moral de no sembrar dudas sobre algo tan serio como la seguridad vial. Un semáforo en rojo no se debate. Se respeta.
La Policía Local de Tomelloso actúa con arreglo a la ley, con transparencia, y con la conciencia tranquila. Lo seguiremos haciendo aunque incomode. Aunque se pretenda hacer ruido. Porque si hay algo que siempre ha guiado nuestra labor es una convicción sencilla y profunda: la ley no se negocia, y la vida, menos aún.